Situado al este de la isla, es una de las ciudades más antiguas de Gran Canaria y fue su primera capital. Muy cerca del aeropuerto, es un pueblo que ofrece diversidad: yacimientos arqueológicos para los que disfrutan con la historia y una gran variedad gastronómica para los que quieran hacer ruta gastronómica. Y, por supuesto, también tienes playas, tranquilidad, sol y buen tiempo.
Muy bien situado y aunque el edificio es antiguo, el apartamento está muy bien. El anfitrión estuvo pendiente de que todo estuviera bien en todo momento. Lo mejor, disfrutar de la terraza para desayunar, comer y cenar frente al mar… Sólo le falta el ascensor para ser perfecto.