Situada a tan solo 30 kilómetros de Lisboa y con un agradable clima, fue escogida por la nobleza de Portugal como lugar de residencia. Una Versalles al estilo portugués que aún conserva interesantes monumentos, como el Palacio da Pena, el Castelo dos Mouros y el Palacio Nacional. Sus hermosos parques y su bella arquitectura histórica hicieron que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. Además, al estar situada en una montaña y próxima al mar, la niebla suele cubrir sus calles, dando un interesante toque a esta villa llena de leyendas.
Excelentes anfitriones. La casita está muy bien y en un zona muy tranquila. El colchón no está mal, pero algo mejorable.