Para comenzar, el municipio de Valença do Minho es muy popular por los mercados de tejido y de ropa de cama. A su vez, podrás disfrutar de la vista del río Miño. Para dirigirte a la ciudad de Braga, debes girar hacia el oeste y atravesar el río Éste y el Cávado. Una vez allí, no te pierdas el santuario de Bom Jesus do Monte, la catedral de Braga y el monasterio de Tibães. Finalmente, continúa la ruta hacia Guimarães y luego hacia Oporto.
Con 900km de extensión, es la más larga de Portugal. Ideal si eres de los viajeros que aman la playa, el surf y los mariscos. Cuando transitas la carretera N109, verás caminos de tierra que te llevarán a diferentes playas del océano Atlántico. Por supuesto, ese mismo camino conduce a la capital Lisboa, donde encontrarás todo lo que desees.
Cambiando totalmente de paisaje, la carretera N103 te dirigirá a la región de Tras-ós-montes, donde apreciarás los picos Marão, Alvão y Gerês. También podrás recorrer el parque natural de Montesinho.
En el corazón del país se emplazan 27 aldeas con tradiciones antiguas. Esta ruta de 200km comienza en Piódão con casitas de ensueño, para continuar por Fajao, una de las más pintorescas aldeas que ocupan la sierra de Açor.
Esta carretera se ha convertido en las actuales N246 y N118 y el recorrido te ofrece castillos, el acueducto de Pegoes y la reserva natural de Paúl do Boquilobo.
El parque natural cuenta con un ecosistema muy variado, además de que encontrarás el convento de Nossa Senhora da Arrábida, ruinas romanas y el fuerte de Santa Maria da Arrábida.
Son más de 700km sin desvíos que recorren Portugal de norte a sur por el centro del país. Para comenzar, toma Chaves, en la región Trás-os-Montes y Alto Douro, y no te pierdas el puente de Trajano en el río Támega.