Hoteles y alojamientos en el Monasterio de Piedra

Si se viaja en coche, hay que coger la autovía A-2 dirección Madrid/Barcelona, hasta encontrarse con la salida km 204. El destino está pasando Nuévalos. Si se opta por transporte público, habrá que viajar hasta Calatayud y, una vez allí, coger uno de los buses que van hasta ese pueblo.

El recorrido que se hace en el Monasterio de Piedra es de aproximadamente cinco kilómetros, por lo que se recomienda ir con un calzado cómodo. Si se viaja con bebés, hay que tener en cuenta que se va a pasar por zonas estrechas, donde los carritos pueden no coger, por eso lo mejor es ir con un portabebés.

Como el recorrido va a durar varias horas, puede que sea necesario hacer una parada para reponer fuerzas. En ese caso hay restaurantes donde poder comer y beber algo, así como zonas de descanso con sillas y mesas para poder hacer un picnic.

Así es como verdaderamente se llama este edificio, en el que se pueden ver distintas exposiciones en las salas que en su día hicieron las veces de dependencia de los monjes. Algunas de las más populares son las de la Historia del Chocolate o el museo del Vino.

Impresionan las numerosas cascadas existentes en el Monasterio de Piedra, sobre todo la conocida como el Baño de Diana, la impresionante Cascada Caprichosa, la de la Trinidad o la Cola de Caballo.

Caminando por los senderos del parque se llega hasta las pesqueras, estanques que son usados como piscifactoría, la primera de España que funciona de forma privada.

Durante el recorrido por el Monasterio de Piedra, llega un momento en el que el viajero se encuentra junto a un río pequeño de aguas cristalinas que le lleva hasta el lago del Espejo, un lugar de aguas tranquilas y transparentes.