Muxía es una localidad caracterizada por sus casa rústicas levantadas a base de piedra y arcilla, como gran parte de los alojamientos rurales del litoral gallego. Las hay modestas, también hidalgas, pero ante todo son casas de corte tradicional que se confunden con la naturaleza y edificios centenarios.
La casa es una preciosidad y tiene el tamaño perfecto para pasar unos días de vacaciones. Dispone de todo lo necesario y es tan acogedora que nos hemos sentido como si estuviéramos en nuestra propia casa. Además Carina y su marido son dos personas absolutamente encantadoras que han estado pendientes en todo momento de que no nos faltara de nada. Incluso tenían preparadas varias toallas y comederos para los dos perros con los que íbamos. 100% recomendable. Nosotros sin duda volveremos.