La isla principal es un museo gigantesco repleto de tiendas con armaduras, estructuras defensivas, castillos, templos, fuertes y todo tipo de elementos arquitectónicos de corte medieval. Deja que vuele la imaginación de los niños viajando a épocas pasadas o, si prefieren los juguetes, dando vueltas por el Playmobil Fun Park.
Aunque pequeña, es una isla que esconde grandes tesoros. Principalmente son playas donde relajarse con los críos a la orilla del Mediterráneo. La de Ramla es una de las más destacables, sobre todo porque es de las pocas que tiene arena. Además, cuenta con puestos cercanos para tomar un refresco y está junto a las cuevas Calypso.
Igual de modesta en tamaño, esta isla ofrece una de las playas más bellas del país, codiciada por su arena (en Malta escasean las playas de este tipo) y sus aguas cristalinas. Acércate a contemplar el amanecer en la Blue Lagoon y entenderás por qué está considerada como una de las mejores playas de Malta para ir en familia.