Una vez en tu alojamiento en Lisboa, comienza tu periplo luso visitando la plaza del Comercio, una de las más elegantes de Europa, con sus espectaculares pórticos, el arco de la Rua Augusta y la estatua de bronce de José I en el centro. Dada su cercanía, 750 metros, aprovecha para dirigirte a otro lugar emblemático, la Plaza del Rossio, centro neurálgico de la ciudad. Antes de volver a tu alojamiento, disfruta de una experiencia ineludible: subir al elevador neogótico de Santa Justa para gozar de unas magníficas vistas. Este se encuentra a tan solo dos minutos a pie de Rossio.
Tras descansar en tu alojamiento, el siguiente día lo puedes iniciar donde lo dejaste, puesto que junto al mencionado elevador se encuentra una de las iglesias más peculiares de Portugal, la iglesia del Convento do Carmo, ubicada en el barrio de El Chiado, donde está una de las principales atracciones. Por su parte, el barrio de Alfama, también céntrico y pintoresco, reúne hermosos e importantes edificios, entre los que destaca la Sé de Lisboa, una bonita catedral románica perfectamente conservada.
No te vayas de tu alojamiento sin visitar el barrio de Belém, a unos 6 kilómetros del centro, que tiene como principal monumento su torre homónima, la cual fue nombrada Patrimonio de la Humanidad. Y si eres de los que no para quieto en tu apartamento vacacional, saca partido al resto de tu estancia en Lisboa visitando el castillo de San Jorge, el monasterio de los Jerónimos, el parque de las Naciones o la escultura de Cristo Rey.