Casas rurales en La Cerdanya

Disponer de una casa rural en la capital de la comarca te permite disfrutar de un mayor nivel de servicios, acceder a más opciones comerciales y acudir los domingos a su tradicional mercado. Cuenta con diferentes rutas literarias, como la de Joan Maragall.

Situada a 1224 m en territorio francés, pertenece sin embargo a España desde 1659 como consecuencia del Tratado de los Pirineos. Alberga una farmacia fundada en el siglo XV, una de las más antiguas de Europa. De estilo medieval y con ruinas romanas, cuenta en sus inmediaciones con senderos disfrutones para los aficionados al turismo activo.

Situado a 30 minutos en coche por una pista de montaña llena de curvas, las opciones de alojarse en casas rurales en La Cerdanya en esta localidad es sugerente. Una vez allí, anímate a realizar la excursión senderista hasta el lago de Malniu, cuya duración no llega a una hora (ida y vuelta) y es asequible con niños. Una vez allí, si es verano y te animas, pégate un baño pirenaico inolvidable.

Este precioso pueblo galo se sitúa a los pies de la estación de esquí más conocida del Pirineo francés. En invierno es un lugar estratégico para los amantes de este deporte; en verano, ofrece a los viajeros deliciosos recorridos para senderismo y BTT. El Parque Animalier des Angles y el balneario familiar Angléo Balnéo & Spa constituyen planes de turismo rural perfectos para hacer con niños en La Cerdanya francesa.

Tanto este municipio como los vecinos Músser y Aransá cuentan con casas rurales ideales para enamorados del esquí nórdico y el esquí de fondo, no en vano es el mayor espacio de este tipo en toda España. Adicionalmente, disfrutarás en esta escapada rural de rutas a caballo, BTT, senderismo y tiro con arco, entre otros pasatiempos divertidos en La Cerdanya.

Conocido como Camí de Sant Jaume, recorre de este a oeste la comarca durante 20 kilómetros, desde Llívia a Bellver de Cerdanya en paralelo al río Segre. Durante este legendario trayecto de peregrinación, descubrirás enclaves de paz y belleza como Santa María de Quadres. No dejes de recorrerlo, tú decides cómo: a pie, en bici o a caballo.

Atrévete a superar este circuito entre los árboles tan exigente como divertido. Puentes colgantes, tirolinas, saltos al modo Tarzán y puentes tibetanos para todos los niveles se distribuyen en este escenario de turismo activo en La Cerdanya. Los grupos de jóvenes y las familias con niños no deberían perdérselo.

Continúa en este mismo entorno para gozar con otra experiencia en familia: la visita al Centro de Interpretación de la Fauna de La Molina. A lo largo de un estimulante recorrido a pie podrás ver búhos, ciervos, liebres, zorros rojos, marmotas, ardillas y otros animalitos silvestres a tu alrededor.

Eleva tus sentidos en este punto de observación panorámica localizado a más de 2500 metros de altitud. Es toda una vivencia de turismo rural llegar hasta él en el Telecabina Cadí-Moixeró y apreciar las formidables perspectivas de La Cerdanya, El Ripollès y El Berguedà desde tanta altura.

En el pueblecito Prullans, situado en la Baja Cerdanya, se halla esta gruta emocionante y con historia a la que no resulta complicado llegar. Nuestros antepasados neolíticos la habitaron y dejaron en ella restos óseos, por ejemplo, un cráneo femenino. Las estalagmitas se mantienen intactas y proporcionan una vivencia sensitiva extraordinaria.