La capital de Japón es una gran urbe donde viven unos 30 millones de habitantes. La ciudad es un mar en constante movimiento que abarca desde vanguardistas distritos financieros, como Ikebukuro, hasta zonas de antiguas tradiciones, como Asakusa, y áreas extravagantes como Harajaku, donde brilla el cosplay. Recuerda el romanticismo que inspiran los preciosos paisajes de Hamarikyu, jardín japonés diseñado en la era Edo.
Es la ciudad japonesa romántica por excelencia. Sus templos y sus jardines milenarios desprenden magia y asombran por su valor patrimonial. Allí disfrutaréis de paseos para dos a pie o en bici, visitaréis las machiya o casas tradicionales y os haréis fotos increíbles en el santuario sintoísta Fushimi Inari-Taisha, edificado en el siglo VIII.
Forma parte del parque nacional de Fuji-Izu-Hakone, que se extiende a unos cien kilómetros al oeste de Tokio. Se trata de uno de los mejores balnearios de aguas termales de Japón, y destaca por sus espléndidos paisajes, sus museos de arte y su ambiente de relax. Recuerda realizar un crucero por el lago de Ashi, situado dentro del cráter de uno de los volcanes de la cadena Owakudani.
La mayor de las islas Ryukyu os recibirá con su clima tropical y sus escenarios de postal, donde se aprecian playas de arena blanca bañada por aguas turquesas, arrecifes de coral y una cultura propia e interesante. En la isla Ishigaki, por ejemplo, las playas invitan a practicar submarinismo y kayak, y es posible acceder a diversión nocturna de buena calidad.
Esta ciudad fue la primera capital de Japón, y deslumbra a sus visitantes con sus 7 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, entre ellos el templo Todai-ji, fundado en el año 728, que alberga el mayor Buda de bronce del mundo. Destina tiempo a disfrutar del hermoso parque de Nara, donde habitan más de 1200 gamos en libertad.