Uno de los elementos más llamativos del patrimonio arquitectónico en España es la gran abundancia de castillos. Surgen en casi cualquier lugar, siempre en sitios de interés estratégico, rasgando el horizonte, con un aspecto señorial y misterioso. Sin duda suponen una de las visitas más interesantes que se pueden hacer.
En el pasado, los castillos españoles fueron considerados una utopía por los extranjeros, que se encontraban minúsculos frente a las poderosas murallas y torres elevadas. La vida al interior era áspera más que festiva, sombría más que ilustrada y tal vez por ello, en vez de risas tenues, sus muros guardan los ecos de sus guerreros caídos. Ciertamente, a diferencia de los castillos de otros países europeos, gran parte de los castillos en España nacieron inclinados por una necesidad de defensa.