Castillos en Escocia

Por su ubicación privilegiada en el centro de la capital del país, en lo alto de una piedra volcánica, el castillo de Edimburgo es la estampa más conocida de toda Escocia. Te recomendamos que te informes sobre la historia del edificio para que la visita resulte doblemente interesante. Por ejemplo, el castillo alberga la Piedra del Destino o de Scone, y es el lugar donde se coronaba a los reyes. Procura llegar antes de las 13:00h cuando se dispara un cañón todos los días, excepto el domingo.

En la costa este, cerca de la ciudad de Aberdeen, el castillo de Dunnotar impresiona por su imposible emplazamiento en lo alto de un acantilado. Fue un enclave estratégico para el comercio marítimo durante los siglos XIV y XV. Por la belleza de su entorno natural, es uno de los lugares históricos preferidos de todos los viajeros que visitan el país.

Su aspecto de cuento de hadas y la enorme colección de leyendas que lo acompañan hacen del castillo de Glamis uno de los imprescindibles de la ruta por Escocia. El edificio está muy ligado a la familia real británica, ya que fue hogar de la madre de Isabel II. Su esmerada composición simétrica y sus torres de color rojizo acabadas en punta son sus rasgos arquitectónicos más representativos. Además, un pasaje del Macbeth de Shakespeare tuvo lugar aquí.

Te sugerimos que en tu ruta para conocer los castillos en Escocia empieces por la capital. Se puede acceder al castillo de Edimburgo fácilmente desde el centro de la ciudad, por la High Street. A unos cinco kilómetros se encuentra el castillo de Craigmillar, al que puedes llegar caminando o en varias líneas de autobús. El tercer gran castillo de la capital es el de Lauriston, ubicado a las afueras pero accesible en transporte público.

De camino hacia las tierras altas escocesas, puedes conocer dos de los mejores castillos de Escocia: el de Glamis y el de Dunnotar. El primero está situado a menos de dos horas en coches de Edimburgo y el Dunnotar, hacia el noreste, se ubica a 40 minutos del de Glamis.

En lo más alto del país, las Highlands es uno de los territorios más espectaculares de toda Escocia. En ellas destacan los paisajes de lagos y valles verdes, pero también sus castillos. En esta zona puedes conocer el castillo de Inverness, en la ciudad homónima de Inverness, y el de Balmoral, en el interior del Parque Nacional de Cairngorms.

Fantásticamente restaurado, el castillo de Stirling permite viajar en el tiempo gracias al personal caracterizado de cortesanos y sirvientes. La visita es perfecta para que los más pequeños se diviertan conociendo la historia medieval del castillo.

Pese a que el edificio ejerce como oficina del gobierno local, durante todo el año se pueden visitar sus bonitos jardines. En verano, además, se puede acceder al interior y conocer su historia a través de una exposición.

Refinado por dentro, el castillo de Balmoral es especialmente recomendable para visitar en familia por sus extensos jardines.

Si buscas evitar las aglomeraciones del castillo de Edimburgo, la fortificación de Craigmillar es una visita mucho más tranquila y menos concurrida en la capital escocesa.

El interior elegante de estilo neoclásico sorprenderá a los más pequeños, que podrán disfrutar de unas hermosas vistas del lago Fyne.