Cuando pensamos en Cuenca, siempre nos vienen a la cabeza estas construcciones de piedra que, en un claro desafío a la ley de la gravedad, se asoman hacia el río. Sus balcones, que parecen suspendidos sobre el vacío, se recortan en los acantilados con un claro simbolismo de perpetuidad. Coge a tu amor de la mano y entrad en las dos casas visitables: la del Rey, que alberga el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, y la de la Sirena, en cuyo restaurante podéis regalaros una comida romántica con sabor conquense.
Esta visita adquiere una dimensión especial cuando se realiza en pareja. Sobrecogedora y muy hermosa, se llega a esta gruta consagrada a la Virgen de las Angustias tras un itinerario único por el casco antiguo. Es uno de los enclaves más venerados por los autóctonos, e incluye una bonita capilla de la iglesia de San Miguel. No podréis evitar tomar algunos selfies, bien abrazaditos, ante esta estampa única.
¿Qué le ofrece este lugar con un nombre tan inquietante a una pareja de enamorados tan bonita como la vuestra? Un entorno natural espectacular, con una cueva junto al río Hoces, un emocionante recorrido al aire libre, un pueblo abandonado llamado El Salto de Villalba y un precioso mirador con vistas fascinantes. Se encuentra a 36km de la capital... y la experiencia invita a las caricias.
El centro de Cuenca y el antiguo Convento de San Pablo quedan conectados por esta obra constructiva originaria del siglo XVI y reconstruida tras su destrucción, incorporándose a ella el hierro y la madera. Os recomendamos atravesar sus 60m al atardecer, para obtener una cálida, luminosa y mágica panorámica de las Casas Colgadas que ya habréis visitado.
Hace 90 millones de años comenzó a formarse este escenario de cuento y fantasía, un espectáculo geológico de 3km que se visita en unos 90min de paseo. Sus formaciones rocosas se encuentran salpicadas entre rincones y senderos naturales idílicos, muchos de ellos ideales para hacer una parada amorosa con la complicidad de este increíble marco natural.