A pesar de no ser muy conocida por ello, la zona del Pirineo de Huesca guarda una gran tradición de carnavales. Tanto es así, que en muchas localidades estos representan su fiesta principal cada año. Entre ellas destaca el de Bielsa, una celebración muy peculiar y sobre todo original.
El carnaval de Bielsa es una tradición que lleva celebrándose ininterrumpidamente desde tiempos inmemoriales. De hecho, los vecinos se enorgullecen al afirmar que ni siquiera la Guerra Civil española paralizó esta tradición. Esta comienza cuando se cuelga de la ventana del ayuntamiento a Cornelio Zorrilla, un muñeco de paja hecho a base de harapos y que estará allí presente durante toda la festividad. El domingo por la noche, Cornelio es condenado a arder en la hoguera y apaleado por todos sus crímenes y fechorías.