A donde no llegan la mayoría de turistas te proponemos que llegues tú. El barrio de Gràcia, en su mayoría peatonal, es perfecto para pasearlo a cualquier hora del día y sentir cómo es la Barcelona más auténtica. Las fiestas de este barrio, que se celebran en agosto, son un acontecimiento que no debes perderte.
El barrio Gótico es lo contrario a Gràcia. Aquí tienes que tener en cuenta: no vas a ser el único recorriendo esas bonitas calles estrechas del centro de la ciudad. Pero da lo mismo. Empieza el recorrido por la zona de la catedral y continúa por el antiguo barrio judío.
Por su carácter cosmopolita e internacional, en Barcelona encontrarás restaurantes de todas las cocinas del mundo que puedas imaginar. En cualquier caso, procura probar alguna de las especialidades catalanas en la Barceloneta, el Poblesec o Poblenou. La escalivada, el pan con tomate, el fricandó y la crema catalana podrían estar incluidos en el menú catalán perfecto.
Venir a Barcelona y no visitar la Sagrada Familia sería un sacrilegio que no debes cometer. El incomparable Gaudí levantó en su ciudad otros edificios igual de espectaculares, como la Pedrera o la Casa Batlló.